Este término se aplica a los sistemas que permiten a un ser humano percibir la realidad y adjunto a ella, datos extra que pudieran ser necesarios para comprender el fenómeno u objeto que se está observando. Según este principio un sistema de realidad aumentada nos permitiría saber, mientras miramos por ejemplo La tour Eifel datos como la altura, peso, número de remaches, número de vigas, tiempo de construcción, número de personas necesarias para su construcción, incidentes, la historia del arquitecto, etcétera. Es casi como si tuviéramos un guía junto a nosotros, integrado en nosotros mismos, y cuyos conocimientos abarquen todos los aspectos del saber humano.

Desde un punto de vista conceptual es, simplemente fantástico, pero a día de hoy sólo están en marcha un puñado de proyectos de investigación en las mejores universidades del mundo sobre este tema, lo que no evita mi reflexión sobre este asunto, que me lleva a ver una aplicación posible de este concepto en el desarrollo de sistemas de gestión informáticos de empresas.

De hecho, bien mirado, un CRM no es más que un inmenso microscopio bajo el que ponemos a un cliente, para realizar análisis sobre él. Sin embargo, y es aquí donde un cambio de mentalidad puede ayudar, en lugar de analizar un bicho, para inferir su comportamiento, aplicándole corriente en una pata, para ver si mueve la cabeza. ¿Que tal un cambio de enfoque?, algo sutil, pero…. y si lo que hacemos es proporcionar la máxima información posible sobre los clientes que ayuden al observador a comprender el comportamiento del fenómeno bajo observación?

Esto no deja de ser un objetivo menos ambicioso que el de los CRMs actuales, pero no todos los estamentos de las empresas necesitan un sistema de predicción de comportamientos, sino únicamente un sistema que les permita percibir al cliente en toda su extensión, mientras navegan por la información relevante.

La diferencia es sutil, pero en la mayor parte de las ocasiones sólo hace falta una lupa, que presente la información más importante, pero que esté disponible en todo momento, que no sea necesario un procedimiento de búsqueda, es decir el sistema debe ser activo, y reaccionar antes de que su presencia sea requerida. Despertando nuestra curiosidad innata

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