La venta online, gracias a la comodidad que implica para el comprador, la rapidez en las entregas y al facilidad con la que todo transcurre, es hoy un elemento fundamental de la economía. En este entorno, la devolución de productos es algo consustancial al proceso mismo de venta.

Los consumidores pueden comprar múltiples colores, tallas y variaciones de un determinado producto con la comodidad de saber que pueden devolver lo que no quieren sin casi ningún costo. La forma en que un minorista lleva a cabo su proceso de devolución deja su huella en la captación de clientes y en su fidelidad.

Para la inmensa mayoría de los clientes la experiencia en la devolución es un factor que impacta directamente en sus intenciones de compra futuras. Al menos hasta la llegada del COVID-19, tres cuartas partes de los consumidores preferían manejar las devoluciones en las tiendas físicas a hacerlo online.

El aumento significativo de las ventas online ha impulsado al alza, de forma significativa, las tasas de devolución, lo que ha dado lugar a complejidades y costos adicionales en la cadena de suministro. Los datos de los últimos 5 años indican que las tasas de devolución, en los sectores de la moda, se han doblado!

Los clientes de hoy en día esperan que cada interacción que tengan con una empresa gire en torno a sus necesidades, incluida una experiencia de devolución sin problemas ni fricciones.

Las devoluciones como ventaja estratégica

En un pasado no tan lejano, las devoluciones eran percibidos como «algo malo». Hoy en día el proceso de devolución de artículos se ha convertido en una prioridad, algo que finalmente debe mejorar la relación con ¡un cliente que no quiere nuestro producto!

El consumidor de hoy exige un proceso de devolución simplificado. Es un elemento diferenciador si se hace correctamente.

Gap proporciona a sus clientes 45 días para devolver o cambiar sus compras, en Wal-Mart el cliente dispone de 90 días para tomar una decisión final. En el sector del calzado, el líder es Zappos, que permite la devolución hasta 365 días después de realizada la compra, siempre y cuando los productos no estén abiertos y sigan teniendo sus etiquetas originales.

Los datos de las devoluciones son inestimables

Las marcas deben tratar de analizar todos los datos disponibles de cada devolución para determinar las causas fundamentales que han originado el rechazo del producto por parte del consumidor.

Revisar la optimización de precios, la calidad de los productos y la mejora de los materiales son elementos de mejora continua que tienen su origen en los datos recabados de las devoluciones. Incluso la gestión del stock se debe revisar contra los datos de las devoluciones, de cara a hacer las correcciones necesarias en la producción.

Como norma general las tiendas se centran en la gestión de sus artículos estrella, lo que puede derivar en una peor representación de los artículos con menos rotación. La falta de imágenes o de descripciones precisas puede derivar en unas mayores devoluciones.

Políticas de devolución claras y concisas

El cliente espera una total transparencia en la política de devoluciones. Los diferentes análisis sobre este aspecto demuestran que el 88% de los consumidores revisan la política de devoluciones antes de hacer una compra.

Se ha hecho evidente que las tiendas online necesitan tratar a los consumidores con respeto y establecer un proceso eficaz y transparente de devoluciones, sin olvidar la logística inversa de transporte, para así construir una mejor experiencia general y duradera para el cliente.

Hasta tal punto es importante para los clientes la devolución que muchos están dispuestos a pagar un extra (por ejemplo, Amazon Prime) para garantizarse un devolución sin riesgos.

Al consumidor no le importa su gestión de inventarios

A estas alturas el «omnicanal» se ha convertido simplemente en el modo de funcionamiento por defecto del consumidor, desde su perspectiva todo es esencialmente «comercio».

Para mejorar la experiencia de compra de sus clientes, son muchas las cadenas de ropa de moda que están recurriendo a implementar «BORIS» (compra online, devolución en la tienda).

BORIS no sólo mitiga la frustración del consumidor, sino que está demostrado que los clientes que gestionan sus devoluciones en la tienda muy a menudo pasan a cambiar el artículo, muchos compran artículos extra, compensando así y a veces superando el costo operacional de las devoluciones.

En la industria minorista, siempre cambiante y dinámica, las expectativas de los consumidores están ligeramente por encima de la capacidad de cambio de los minoristas, especialmente de aquellos con procesos heredados y desafíos de infraestructura obsoletos.

En un reciente seminario web de Harvard Business Review, Omnichannel Retailing: Logística inversa y lealtad del cliente, Dale Rogers compartió que sólo el 33 por ciento de los minoristas ofrecen un proceso y una política de retorno de logística inversa verdaderamente omnichannel.

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