Digitalización y Transformación Digital se usan con mucha frecuencia como sinónimos, aunque no lo son. El primero trata de informatizar los procesos internos de una empresa, mientras que el segundo trata de reformular la propia empresa ayudado por una informática de primer nivel.
Dos buenos ejemplos de digitalización son la administración pública y la banca tradicional: ambos han copiado en programas informáticos el mismo desastre que tienen en sus oficinas y lo han hecho accesible para ciudadano/cliente a través de Internet. Y con ello han conseguido molestar a millones de personas, alejándose de aquellos a quien en teoría deben su existencia.
La informatización de procesos, muchas veces obsoletos, por sí sola, no va a generar ni mejoras en la productividad ni un progreso sostenido para la empresa. Nada más lejos de la realidad.
Digitalizando una empresa.
Cuando enviamos por email una factura en formato PDF lo que hemos hecho es digitalizar el proceso de facturación. Algo que antes implicaba papel, un sobre y una visita a la oficina de correos para adquirir los sellos para finalmente depositarlo todo en un buzón.
Al otro lado el cliente tiene que hacer lo mismo que hacía con las facturas en papel: comprobarla y anotarla en su sistema contable. Los procesos son los mismos o con muy pocas diferencias, pero digitales.
La digitalización no tiene nada de malo, hace que los procesos sean más rápidos, eficientes, quizá hasta más seguros, ahorrando costos a las empresas, pero no implica ninguna transformación digital de la misma.
Automatización
El término digitalización también se utiliza a menudo como sinónimo de automatización.
Automatizar consiste en unificar varios procesos con la ayuda de la tecnología. Por ejemplo: creamos un pedido, se imprime la etiqueta de envío, se envía la factura y se contacta con el almacén para preparar la mercancía. Sin embargo automatizar un proceso, por muy informático que sea el procedimiento, tampoco implica ninguna transformación digital de tu empresa.
Transformación digital
Fíjate en este ejemplo: Has mirado unos zapatos en la web de una marca y te acercas a una tienda de la misma para probártelos. Pero te vuelven a interrogar sobre qué zapatos quieres, cuál es tu talla… esto ocurre porque se han digitalizado, pero no transformado.
¡Si el objetivo no son las personas entonces no vale! Si el objetivo no es acelerar los procesos y adaptarlos a las necesidades de los clientes, entonces mejor no pierdas el tiempo. Lo importante es transformarse y adaptarse al cliente de la era digital.
«Agile», «Design Thinking», «Brainstorming» y otras nuevas formas de trabajo son necesarias para reenfocar la empresa. Una vez que se entienden los problemas, colocando al cliente en el centro, estos se pueden resolver con medios técnicos, utilizando nuevas tecnologías.
Es importante comprender que la transformación digital nunca se desencadena por la adopción de una tecnología. El motivo para una transformación digital en las empresas siempre es tratar de resolver un problema o proporcionar un nuevo enfoque al cliente. La solución centrada en el cliente es siempre el comienzo de la transformación digital.
«La transformación digital es la transformación profunda y acelerada de las actividades comerciales, los procesos, las competencias y los modelos para aprovechar plenamente los cambios y las oportunidades de las tecnologías digitales y sus repercusiones en toda la sociedad de manera estratégica y prioritaria» Google Corp.
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