La reapertura es una oportunidad para que los minoristas hagan cambios que se adapten a las nuevas preferencias de los consumidores. Las empresas deben reexaminar cómo han enfocado sus operaciones en el pasado y se transformen en una marca que resista el paso del tiempo.

Para los minoristas el impacto de COVID-19 está siendo profundo. Las cifras de ventas son inestables: caídas en Abril y Mayo del orden del 17% (las más pronunciada en décadas), seguida de un aumento récord del en Junio.

Si algo ha quedado claro es que el camino de vuelta a la recuperación será largo y sinuoso.

Si los minoristas no comienzan a pensar «primero en lo digital» o al menos «en lo digital y lo físico», es poco probable que sobrevivan a este período de incertidumbre. He aquí los elementos clave para el mercado minorista post-COVID:

Visibilizar el inventario en tienda.

Nuestros clientes disponían ya hace 10 años de opciones para buscar artículos no disponibles en tienda, en un almacén o en otra tienda. Ahora son capaces de usar incluso el stock del fabricante. Ambas herramientas que permiten a los vendedores de las tiendas llevar la experiencia de compra un paso más allá.

Sin embargo, a medida que entramos en nuevas fases de reapertura del comercio minorista, ya estamos viendo un cambio en las prioridades de inversión: desde las herramientas para los vendedores, a las herramientas de autoservicio para el comprador y las herramientas móviles.

La visión unificada del inventario es un elemento fundamental. Esta es la forma en que grandes empresas como Walmart o Target han sido capaces de mantener sus ventas, ya que cambiaron a entregas en el mismo día muy rápidamente, usando el stock que tenían en las tiendas, que comenzaron a operar como ‘Black-stores’.

Hoy la mayoría de las marcas con establecimientos comerciales (propios, franquiciados o multimarca integrados) destacan la disponibilidad de productos en sus tiendas online, pero aún la mayoría no permiten a sus clientes online realizar búsquedas de productos disponibles en una tienda física concreta.

Recogida en tienda

El COVID-19 está obligado a las tiendas a ocuparse de áreas directamente relacionadas con el comercio electrónico y la atención al cliente, llevando a primera línea de batalla la recogida en tienda.

En 2015, sólo el 33% de los minoristas ofrecían recogida en tienda como opción en sus tiendas online. A finales de 2019, se había duplicado hasta el 66%. Hoy en día, el 76% de los minoristas ofrecen un servicio BOPIS.

Varios estudios a nivel mundial, estiman que casi el 60% de los clientes esperarán meses antes de volver a las tiendas con cierta normalidad, el miedo a los rebrotes hace mella en los consumidores.

Esto deja claro que los minoristas deben aprovechar la fuerza de las ventas online y la experiencia de la tienda para ofrecer lo que los consumidores de hoy en día buscan. La conveniencia del consumidor es la nueva ley del mercado.

Omnicanalidad

Casi tres cuartas partes de los consumidores dicen que seguirán comprando online aunque las tiendas abran. No queda otra que aprovechar la tecnología para sobrevivir a los impactos negativos del virus.

Pero la omnicanalidad no es sólo el camino web-tienda, también debe permitir a los clientes que están en la tienda la oportunidad de conectarse al sistema informático de la tienda, completar una compra y tenerla disponible en la propia tienda o que esta sea entregada directamente en su domicilio.

Este es el tipo de experiencias flexibles y multicanales que requerirán las marcas que busquen formas de hacer frente a las consecuencias de COVID-19.

En general, los minoristas deben prepararse para que los clientes quieran pasar considerablemente menos tiempo en la tienda para minimizar su contacto con los productos y con personas.

Experiencia hiperpersonal

La implementación de nuevos protocolos de seguridad en la tienda no debería ser una medida temporal. Más bien, las normas de seguridad, que evolucionan consistentemente basadas en nueva información, deben formar parte de nuestras tiendas para siempre.

En las tiendas se debe aprovechar esta oportunidad para innovar en las experiencias de compra que ofrecemos a los clientes.

Una forma de lograrlo es hacer que las tiendas sean más bien una «experiencia de exposición» en la que los clientes puedan recibir un servicio hiperpersonal y seleccionar productos para comprarlos de un inventario online.

Las compras con cita previa, las comunicaciones directas e instantáneas desde el online con la tienda son otras formas de asegurar una experiencia de consumo de primer nivel, que al mismo tiempo mantienen el distanciamiento social.

Experiencias como éstas no sólo hacen que la compra sea más divertida e interesante, sino también más segura.

La falta de objetivo de las webs corporativas, meramente informativas, no está ayudando a vender la marca, ni los productos o servicios que esta puede ofrecer.

Si le preguntamos a los directivos de los sectores del calzado y textil en España sobre su presencia en Internet, muchas responden: «porque está nuestra competencia» o bien «porque no queremos perder clientes» y esto lleva a una infrautilización del medio al no tener un objetivo claro.

En este entorno el retorno de la inversión simplemente no existe, la web se convierte en un gasto, no en una inversión que de alguna forma incremente nuestra capacidad comercial.

La situación en estos momentos está cambiando, quizá para peor… las marcas invierten dinero en tecnología web, pero los errores en el posicionamiento hacen que la única forma que tienen de vender es a base de anuncios.

Si hacemos publicidad, y ofertas híper-atractivas (que no hacen otra cosa que devaluar la marca) vendemos, en caso contrario nos salimos del radar de los minoristas, y del consumidor final.

Deberíamos preguntarnos por cuál es el costo que supone el mejor vendedor de la empresa, y con los datos reales sobre la mesa podemos ver cuánto invertimos en él, y qué aporta a lo largo del año. Internet debería ser hoy por hoy su mejor comercial en la empresa, y debería ser tratado con los mismos criterios que los vendedores.

Si aplicamos el mismo tratamiento que le proporcionamos a un representante: definiendo una estrategia clara de venta, algo que podamos medir, y lo dotamos del mismo presupuesto, su B2B se convertirá en la principal fuente de ingresos para su marca. No lo dude.

No se trata sólo de una página web, o de su posicionamiento SEO, hablamos de comunicación, de la presencia de la empresa en Internet, entendido como algo global. Hablamos de la gestión del catálogo, de las descripciones comerciales de los productos, de las fotografías, de la información técnica que necesitan los profesionales especializados que son su audiencia. 

Pero debe saber que en Internet no ocurren los milagros! Hacer la web dedicándole cinco minutos, al tiempo que pagamos por ella cuanto menos mejor, no es la fórmula para el éxito. Parece que cuando hablamos de invertir en Internet las respuestas no son tan sencillas en el seno de las empresas.

Sin embargo creo que el criterio debe ser este: Internet debe ser el mejor comercial de mi empresa.